Este año el campeón de la liga alemana no resultó ser el de casi siempre, mas bien el de nunca.
El Wolfsburgo, un equipo modesto, fundado después de la 2ª guerra mundial para ayudar a trabajadores de la Volkswagen, y habituado a ligas menores, alzó la copa al aplastar a un Werder con la cabeza puesta en la final de copa. Con este éxito acaba con las ligas consecutivas logradas por el Bayern, que a pesar de ganar su partido no fue suficiente; las matemáticas hablan por sí mismas.
El podio lo completa el Hamburgo. Sin niguna duda ha sido una Bundesliga de lo más peleada y emocionante desde hacía tiempo.
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