La llegada de Klinsmann al banquillo bávaro fue recibida con gran espectación después de su gran papel en la copa del mundo en 2006.
Hoy en día ya está en el olvido de los aficionados del Bayern, que tras una temporada muy irregular (un día gana por goleada y al siguiente derrota) le ha llevado a la destitución.
La gota que colmó el vaso ha sido la derrota este fin de semana ante el Schalke 04, pero también parte de la culpa la tuvieron la eliminación tan humillante en la Champions a cargo del Barcelona y la derrota ante el Wolfsburgo por 5-1.
Su sustituto temporal será Jupp Heynckes, antiguo inquilino del banquillo bávaro que, en los 5 partidos restantes deberá hacer un gran trabajo para recuperar la condición de grande.
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